Seguro que usted ha escuchado decir que "lo barato sale caro." Es más, me atrevo a decir que todos y cada uno de nosotros alguna vez ha pagado la consecuencia de haber querido ahorrarse unos pesos comprando algo "muy barato" que luego nos salió de mala calidad. Eso pasa a cada rato. El asunto es que muchos comunicadores de la radio y televisión dominicana insisten en señalar que una segunda vuelta en las elecciones presidenciales solo representaría un gasto excesivo de dinero y tener que soportar por más tiempo todo el bullicio de la campaña electoral. Y mucha gente les cree.
Es cierto, muchos dominicanos deciden que es mejor votar por uno de los candidatos que supuestamente gozan del favoritismo de la mayoría de los electores como una forma de ahorrar tiempo y dinero. ¡Eso es un absurdo!
Quizás tendría sentido si no conociéramos de antemano a esos supuestos favoritos. Hay que estar claros ni ¡Llegó papá! Ni el Triángulo del Mal representado por Danilo, Margarita y Leonel, son una garantía de que en nuestro país ocurrirá algún tipo de cambio a partir de agosto de 2012. Entonces ¿para que comprar piezas baratas y luego tener que soportar cuatro años de lo mismo que ya vivimos y nos tiene hastiados? No tiene sentido.
Vamos a votar por Guillermo Moreno y a apostar por una segunda vuelta para poder ganar. Y digo esto porque todos sabemos que el Triángulo del Mal está y seguirá utilizando nuestros propios recursos para su campaña de reelección y que el PRD es un partido de masas y de larga trayectoria que también cuenta con recursos cuantiosos… Nadie dijo que sería fácil, pero tampoco es imposible. Históricamente son más los dominicanos que permanecen en sus casas el día de las elecciones que los que acuden a centros de votaciones a ejerce su derecho a elegir al próximo gobierno, entonces tenemos grandes posibilidades. ¡Eso es así!
Pero aún si no ganamos en primera vuelta, y aún si quedamos en una tercera posición, permítanme recordarles lo que ocurrió en Brasil en el año 2010. La candidata oficialista Dilma Rousseff, solamente obtuvo 46 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales de ese año, su opositor el socialdemócrata José Serra consiguió el 32 por ciento y en tercer lugar quedó el partido verde con un 19 por ciento y con Marina Silva a la cabeza. Ninguno obtuvo el 50 por ciento que exige la ley brasileña y por lo tanto hubo una segunda vuelta. El resultado final fue decidido por Marina Silva y el partido verde y por ende hoy por hoy ellos dirigen varios ministerios del gobierno brasileño. Ellos han comenzado a ser parte del cambio.
Tenemos un abanico de opciones: ganamos en primera vuelta con todos los electores que nunca van a votar pero pueden hacerlo el 20 de mayo que viene, o ganamos en segunda vuelta porque de ninguna manera uno de los partidos que supuestamente van a la delantera apoyara al otro y en el peor de los casos, si sacamos el 20 por ciento y quedamos en tercero... hay que negociar la mitad del gobierno con nosotros para poder ganar. Tenemos mucho que ganar y nada que perder. Apoyemos la candidatura de Guillermo Moreno el 20 de mayo y comencemos a cambiar nuestra nación.
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