Aquel que ayuda a sus semejantes, sean familiares, amigos o simples conocidos, esperando que estos algún día le paguen esa yuda… está corriendo el riesgo de sufrir una gran desilusión en el futuro.
Si usted quiere vivir sin desilusionarse, no ponga sus esperanzas en los seres humanos, deposite su confianza en el Creador, que los seres humanos son olvidadizos. ¡Nadie quiere acordarse de los tiempos malos! La cosa es que cuando un ser humano hace esfuerzos por olvidarse de aquellos tiempos en que la tormenta arreciaba, también se olvida de los marineros que junto a él navegaban.
Cúrese en salud, no sufra decepciones ni desiluciones con la gente común y corriente… Haga el bien sin mirar a quien. Eso está en la Biblia. El bien que usted hace a una persona que mañana no lo recordará, como quiera la vida se lo devolverá por otra vía. De eso sí que Dios le da la garantía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario