Mimetismo político dominicano.

Mimetismo: es la cualidad que tienen los seres vivos de transformar su apariencia física o conductual con el fin de lograr objetivos específicos, tales como: el de complacer al grupo social al cual pertenecen o incluso el de preservar su vida.

El camaleón es un animal al cual relacionamos fácilmente con la definición antes descrita sobre el mimetismo. Esto así, porque es bien conocida la capacidad de este animal de cambiar de color como forma de camujlajear su aspecto hasta confundirse con el entorno que lo rodea.

Esa misma cualidad, exageradamente camaleónica, la poseen los políticos dominicanos. Se cambian de partidos como se cambian las medias. Es decir, en República Dominicana no existe una sola ideología política real que esté siendo implementada o defendida en los actuales momentos por los camaleones, quise decir políticos, dominicanos.

No es que se pueda pedir mucho. Muchísima de esa gente dedicada a la política ni siquiera posee educación formal apropiada o de un nivel profesional (los que sí la tienen la disimulan haciendo uso del mimetismo para hacerse pasar por estúpidos).

Les advierto, compatriotas, que si no tomamos cartas en el asunto las cosas no han de cambiar por sí solas. La sociedad tiene que involucrarse en la aprobación, de parte del congreso, de la ley de partidos políticos. No dejarles que ellos hagan lo que deseen al respecto sino que hay que exigir que nuestro dinero no sea regalado a esos partidos y que ellos busquen la manera de sobrevivir sin contar con nuestros recursos.

Mientras tanto, seguiremos viviendo el mimetismo cirquense que caracteriza a la política dominicana.