Boruga tuvo que retirar su cuenta de tuiter para no verse tentado a defenderse de los individuos que le insultaron a través de este medio simplemente por no estar de acuerdo con una expresión que salió del bachatero Ánthony Santos en los premios Soberano. Insultar y amenazar es un exceso que se comete de manera común en las redes sociales. Lo irónico es que hacerlo constituye un acto antisocial.
Debería ocurrir con mayor frecuencia lo de la jueza canadiense que condenó a una niña de doce años a permanecer fuera de Facebook por un año, a cumplir cincuenta horas de labor comunitaria y darle de baja a su cuenta actual de esta red social. La sentencia fue el resultado de ciertas amenazas que la niña escribió en Facebook, cuyo contenido, en contra de dos de sus amiguitas, se consideró un acto punible en la justicia canadiense. Hay que imitar las cosas buenas. Ténganlo pendiente.
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