La transcripción de la llamada telefónica que aquí comparto la obtuve de fuentes oficiales y, por lo tanto, confidenciales.
TG: Aló.
Leoncio: Tommy, muchachón… (comienza a toser incontrolablemente).
TG: Aló, aló, ¿Quién habla? si me están corriendo voy a colgar.
Leoncio: excúsame de nuevo, soy yo, Leoncio (vuelve a toser, un poco más controlado).
TG: ¡Oh! El líder. Dímelo montro, taba perdío. ¿y esa tos?¿tiene catarro?
Leoncio: No ombe no, es que casi me atraganto con una morcilla que me estaba comiendo. Dame un minuto…. (se oye a Leoncio voceando con el auricular del teléfono tapado). Margó, margó (se oye una voz de mujer en el fondo que contesta "wweey" y luego Leoncio le vuelve a vocear) tráeme un mabí ceibano de los que me trajo Diandy el otro día. (destapa el auricular del teléfono y vuelve a su conversación) Toy aquí de nuevo.
TG: Ajá tiguerón, entrándole a la morcilla.
Leoncio: Tú sabe, desde que hice el metro me sobran los chicharrones y las morcillas, cuando no es Casimiro el friturero, es mamota la morcillera, todito me mandan de to'.
TG: ¡ta parao!.
Leoncio: Así es. Mira Tommy, te llamé para un asuntito que me está molestando, es una piedrecita que tengo en el zapato.
TG: pero líder, quítese el zapato, sacúdalo y ya.
Leoncio: Caramba Tommy, a veces me decepcionas. Me refiero a lo inusitado del asunto de Sánchez Ramírez, el cual ha desembocado casi en una tragedia personal que atenta contra la integridad física y emocional de tu interlocutor en este preciso momento, quien se ha visto imposibilitado de conciliar el pacto acostumbrado con Morfeo desde que todo esto estalló, y por consiguiente, ante el inesperado e indeseado incremento de la tensión arterial en el interior de la fisionomía que ostento, requiero encarecidamente interpongas tus buenos oficios para amainar este aguacero.
TG: bueno líder, ahora si fue verdad, yo no le entendí ni papa.
Leoncio: ¡Viste! Nadie alcanza mi grado de conceptualización.
TG: si usted supiera líder que hace unos días vi a Raymond Pozo haciendo unos trabalenguas nuevos y…
Leoncio: Tommy, déjate de plebeyadas. Me toy jalando la greña con el asunto del contrato de la Barrick Gold y necesito que entres en acción.
TG: mande y ordene supremo benefactor de la patria neoliberalista.
Leoncio: Lo que quiero es que te presentes a la televisión nacional a defender mi participación en el contrato, es decir, que demuestres a la opinión pública que lo que yo hice mal no estaba tan mal sino más bien que estuvo más que bien.
TG: bueno leoncín, eso es un biberón. Yo te dije aquella vez que ese contrato nos traería problemas.
Leoncio: Lo menos que deseo escuchar en este instante son sermones desfasados. Tú todavía estás cobrando en el congreso, y todo gracias a mí, y en ese lío tú y yo estamos metidos juntos.
TG: ta bien líder no se me ponga así que se le revoltea la artritis.
Leoncio: Es imprescindible que vayas a la tv y después de decir que yo hice todo bien, entonces comiences a marear a la gente para que no te saquen ni un chin chín de la verdad que tú y yo sabemos.
TG: no se apure líder, ahora mismo saco mis películas de Cantinflas, tengo una de Tintán y otra de Capulina. Y para terminar remato con una de Charly Chaplin y cuando viene a ver hasta el mudo me hago.
Leoncio: ¡Ese es mi pupilo!, ¿y cuál tú tiene nueva de Cantinflas ?.
TG: no jefe, ninguna, las mismas viejas de siempre, pero me ayudan con la técnica.
Leoncio: Buen muchacho. Recuerda siempre nuestro lema, ¡Labia y mareo, en eso es que yo creo!.
TG: Déjeme eso a mí, líder.
Leoncio: Te solté, que todavía tengo par de morcillass.
TG: Se me cuida líder que el 16 está lejos todavía y ya no tamo iendo muy palante que digamos.
Leoncio: ¿La va a dañá?.
TG: Me fui jefe.
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