Las declaraciones del maestro Ramón Orlando Valoy acerca de la necesidad que tiene el merengue de vestirse de modernidad ha causado revuelo en el mundo farandulero. En realidad no es la primera vez que el maestro se expresa en ese tenor acerca de ese tema, lo que pasa es que todo el mundo sabe que él es uno de los más grandes compositores y arreglistas de nuestro ritmo nacional. Para mí él es el mejor.
Aún así, es cierto que los compositores, arreglistas y músicos amantes del merengue deben literalmente "tomar el toro por los cuernos", es decir, hay que adecentar nuestro merengue con buenas letras, adaptarlo a los ritmos que los jóvenes prefieren, inventar nuevas tonalidades y hasta una manera moderna de cantar merengue. Hay que hacer de todo. Pero también es cierto que los productores de programas televissivos deben empezar a respetarse, identificarse con la necesidad de educación de nuestro pueblo y no sucumbir a la tentación de querer alcanzar una mayor teleaudiencia presentando "artistas"que solamente interpretan vulgaridades en cada uno de sus temas. Es como si esa fuera la única manera de atraer la atención del público. ¿Y para qué sirve el cerebro de los productores de televisión dominicana?¿Para qué luchamos tanto por el cuatro por ciento para la educación? Hay que adaptar las cosas buenas a los tiempos modernos, no arrodillarse ante la mediocridad confesando falta de creatividad.
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