Si los líderes del transporte dominicano propusieran a los poderes del estado, legislativo y ejecutivo, un plan que permitiera la importación de vehículos ecológicos (que usen energía solar o baterías eléctricas) para que la población invierta menos dinero en trasladarse a sus lugares de trabajo, centros educativos, áreas de esparcimiento, y a todo punto donde sus compromisos les lleven, seguro que nuestro estilo de vida mejorará enormemente.
Algo aún mejor. Los transportistas de los alimentos, que tienen que recorrer grandes cantidades de kilómetros desde los campos agrícolas hasta las zonas urbanas, se beneficiarían del uso de esos vehículos solares y eléctricos, entonces la comida saldría más barata para el pueblo, pues su transporte sería más económico.
¿Y qué decir de la seguridad ciudadana?La policía pudiera utilizar los autos que aquí menciono para hacer su labor de patrullaje al tiempo que reduce sustancialmente sus gastos en ese sentido. La prioridad del siglo XXI debe ser la disminución drástica del uso del petróleo y sus derivados. Además del alto costo que tiene esa forma de energía, también está el daño ecológico, y anuestra salud, que produce la utilización de esos medios de transporte, que ya hoy deberían ser considerados obsoletos.
Andar contaminando las grandes zonas urbanas mediante el uso de los derivados del petróleo debería ser visto como un salvajismo, como un abuso en contra de la humanidad, como una explotación de la humanidad peor que la más cruel de la esclavitud conocida por el hombre.
Saquemos esos transportes contaminadores de nuestras calles y cambiemos a un sistema más limpio y económico de transporte, sea por la energía solar, que a nosotros nos sobra, o por los autos eléctricos, pero no sigamos abusando de nosotros mismos.
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