30 de Marzo de 1844.

Recorrer la distancia que separa a la ciudad de Santo Domingo con la provincia de Dajabón (unos 320 kilómetros), hoy en día nos toma algo más de tres horas. Muchas veces, manejando hacia la frontera, imagino lo valiente que fueron los patriotas que lucharon contra Haití en esas tierras para consolidar nuestra independencia. El 23 de marzo las tropas haitianas, lideradas por Jean Louis Pierrot, tomaron Dajabón. Imagino a dos o tres mensajeros dominicanos, atravesando montañas, caballos a todo galope, para llegar a Santo Domingo e informar a la Junta de gobierno de lo ocurrido en la frontera. Quizás cambiaron tres o cuatro veces la montura, muy posiblemente tuvieron que hacer relevos de mensajeros para no perder tiempo. La historia cuenta que un comerciante llamado Theodore Stanley llegó a Santiago para avisar a las tropas dominicanas de lo sucedido. En la capital, Matías Ramón Mella y Pedro Mena reunieron los fondos para preparar nuestro recién formado ejército. Algunos habían formado parte del ejército haitiano que dominó la isla, otros eran hateros de la región Este de nuestra tierra, encabezados por Pedro Santana, pero la mayoría eran hombres comunes y corrientes, sin preparación militar, pero con un deseo inmenso de retener la libertad recién adquirida.

El general José María Imbert fue llamado desde Santiago y se le encomendó detener el avance de los invasores en aquella ciudad. Imbert llevó a cabo la estrategia de defensa con el apoyo de tropas que llegaron desde Baní y San Francisco de Macorís. Fernando Valerio López, Pedro Eugenio Pelletier, Archielle Michell, José M. López, Dionisio Miese, Angel Reyes, Ramón Franco Bidó y José Nicolás Gómez, entre otros oficiales dominicanos formaron filas bajo el mando de Imbert, en Santiago de los Caballeros.

Pierrot dividió las tropas haitianas en dos, una atacó la fortaleza "Dios, Patria y Libertad," donde nuestros hombres, comandados por Fernando Valerio López, propinaron a los haitianos una contundente derrota.  El general José María Imbert, junto a otros oficiales, se encargó de desinflar las aspiraciones haitianas de avanzar hacia la capital. Los haitianos tuvieron que retornar, humillantemente derrotados, hacia su tierra. Fue la segunda victoria obtenida por el ejército dominicano en menos de 15 días. La primera sucedió el 19 de marzo en Azua, donde el general Antonio Duvergé demostró su gallardía.

Cuando transite por la autopista Duarte, y entre a la provincia de Santiago, encontrará a su derecha una fortaleza militar que lleva el nombre de Fernando Valerio López. Dígale a sus hijos o acompañantes quien fue ese hombre y lo que hizo por nuestra tierra, por nuestra libertad. Hábleles de José María Imbert, cuénteles lo que pasó el 30 de marzo de 1844. Son detalles importantes de nuestra dominicanidad y no los podemos olvidar.