Melanio Paredes lució triste ayer en su despedida del Ministerio de Educación. Algo curioso fue que aconsejó públicamente a su sucesora, Josefina Pimentel, diciéndole que se cuide de la lucha de intereses que hay en la cartera de educación.
Si había o hay lucha de intereses y Melanio las identificó ¿Por qué no las denunció públicamente mientras estuvo en el cargo? Son cosas que no se entienden.
Si lo hubiera hecho, y luego lo destituyen, se hubiera ganado un respeto y simpatía que hoy no goza entre sus compatriotas.
Sus desaciertos y falta de capacidad para resolver los asuntos prioritarios de la educación dominicana, hicieron de Melanio Paredes el ministro menos querido (y eso es mucho que decir) entre todos los que cumplen esa función en el actual gobierno.
Los dominicanos ya no quieren relajos con su educación. De ese ministerio hicieron saltar a Alejandrina y ahora a Melanio.
Ojalá que Josefina sepa colar claro su café, endulzarlo apropiadamente, servirlo todavía caliente (sin quemarse) y sobretodo que saque tiempo para conversar con sus invitados, el pueblo dominicano.
Adiós Melanio,no te vamos a extrañar. Bienvenida Josefina, el pueblo dominicano está muy pendiente de ti.
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