Quienes lo han vivido conocen el secreto. La pareja ideales algo así como tres bolas de helados variados, en un barquito. Con suspiro y cereza, una mermelada de piña y unos cuantos trocitos de maní, nueces y almendras rociados alrededor. ¡Eso es el verdadero amor!
La palabra dice que cuando formamos una pareja nos transformamos en una sola carne. Ya no es más otra persona. Son una sola persona.
Esto no es asunto de pensarlo. A su pareja hay que tratarla (o)como a un(a) reina/rey.
¡Si no es así, no funciona!
A tu pareja la cuidas, la concientes, la escuchas y le cuentas de tus secretos anhelos.
Si no estás tratando así a tu pareja, te conviene comenzar a hacerlo. ¡Y gánate el mismo tratamiento!
Así es. Enamorar a tu pareja todos los días es un mandato divino. Caso contrario es caso perdido.
Empecemos a sembrar amor en nuestros propios hogares. Hagamos de nuestra pareja el amor ideal que siempre soñamos. Se lo merece, por quererte, por estar contigo.
Y tu hogar será bendecido.
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