La Suprema sigue en candela.

Si lo que dijo Vincho fue ridículamente incoherente, lo que dijo Rafael Luciano Pichardo no encuentra calificativo.

Hay un chiste antiguo que dice "le dieron una galleta para que hable y tuvieron que darle diez para que se callara." Cuanto ha hablado ese señor. Y eso que según sus propias palabras él era un super abogado antes de entrar a la Suprema hace catorce años. Y así quiere seguir siendo juez y que lo nombren presidente del Tribunal Constitucional.

Lo primero es que ha mencionado a toda la gente que él ha conocido en su vida; el dr. Peña Gómez, la familia Bermúdez, los Vicini, los Pelleranos. Señor, a usted no le están preguntando si conoce a gente importante o adinerada, lo que se le preguntó es por la corrupción en que su nombre ha estado bailando.

Por un lado dice que él tiene suficiente dinero ganado y que no tiene que mantener a nadie y luego dice que si él hubiera seguido siendo abogado hubiera sido un hombre de mucho dinero. Por fin ¿en qué quedamos?o le importa servir a la patria o usted cree que tener mucho dinero lo haría importante, hable claro Luciano. ¿o tiene usted suficiente dinero o siendo abogado hubiera ganado mucho dinero?

Luego dice que sería imposible realizar una sustitución de él por Subero en la presidencia de la SCJ, pero minutos más tarde dice que no, que sí es posible y que solamente habría que convocar al consejo de la magistratura para hacerlo. Lo más extraño es que él admita ese detalle aún cuando él mismo dijo antes que él era el favorito del presidente de la república para ocupar el puesto de presidente en el Tribunal constitucional y todos aquí sabemos que el senado está compuesto por veinte y pico de   lacayos del presidente de la república y dos o tres hombres que se respetan a ellos mismos y a la constitución. Entonces sí, sí es posible que se estuviera fraguando esa movida. Usted mismo lo ha admitido señor Luciano Pichardo.

Jorge Subero, aunque fue un poco más cauteloso, esa misma cautela lo hace sospechoso. Un hombre que no puede ver unh micrófono de la prensa para empezar a hablar y ahora se vuelve economista de palabras. Le dice a los periodistas que responderá todas las preguntas pero apenas le hacen la primera sale escurridizamente y dice que tiene una reunión con el pleno. ¡Válgame Dios!

Subero no se atrevió a decir que Hertell es un mentiroso pues admitió que tiene una buena amistad con el exembajador, más bien atribuyó la información a inexactitudes, quizás en la traducción. Mire Subero, respétese y respétenos. Que aquí gran parte de nuestra población domina el idioma del tío Sam.

Si hubieran dado esas declaraciones en un juicio, hace rato los habrían encontrado culpables. Y eso que son jueces.

Aquí solamente hay que quitar cuatro cosas del medio; el poder ejecutivo, el poder legislativo, el poder judicial y la clase política enteresita.

He dicho.