¡Bien por el torito! No todos los artistas están dispuestos a otorgar su tiempo y talento en llevar algo de diversión y cariño a personas que cumplen condena en un recinto penitenciario. Eso no pasa todos los días.
Héctor Acosta visitó la cárcel de Rafey en Santiago y por espacio de dos horas animó a los internos a acompañarlo en alabanzas a Dios y hasta pagó cinco fianzas de personas que no habían salido en libertad por no tener el dinero para cubrirlas.
Dar por gracia lo que por gracia se recibe es, más que una ordenanza, un privilegio y una virtud.
¡Que suene la guira pa'l Torito caramba!
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